El otro día un niño salía de su casa arrastrando una bolsa de basura.
Evidentemente, la bolsa se rompió y toda la porquería quedó en mitad de la calzada.
Los que estábamos por allí pudimos comprobar que esa familia no reciclaba.
Cuando el chaval se decidió a subir a casa a por un recogedor ya era demasiado tarde, un coche pasaba en ese mismo instante, reventando uno de los tuppers más los yogures sin abrir. Lo puso todo perdido, viandantes incluidos.
Soy un viandante perjudicado, pero la culpa la tiene la madre que quería dejar la basura en la calle.
ResponderEliminar